18.1.19

GRAN DESPENSA DE VILADETRÉS. EL RENACIMIENTO DEL LICOR PAX


                                                                                                                Imagen: Penoucos. Voz de Galicia
La Tercera República francesa (1870-1940) envió al exilio a los monjes normandos de la abadía de Fecamp, que recalaron en el monasterio de Samos. En sus alforjas traían un gran secreto, la fórmula del licor Pax, que durante décadas se elaboró en el cenobio y que alcanzó una gran fama en todo el mundo debido a la presencia del monasterio en el Camino de Santiago y los miles de peregrinos que paladearon ese brebaje.

El terrible incendio que asoló gran parte del cenobio en 1951 y que se sospecha que se originó en la destilería hizo que el único monje que tenía la fórmula se negara a seguir destilándolo. Cuatro años después el prior descubrió una copia de aquella fórmula y volvió a elaborarse, en una fábrica a unos dos kilómetros del monasterio, así como ginebra o brandi. La fabricación cesó a mediados de 1970, pero la fórmula fue pasando de prior a prior.

Primeras botellas

En el año 2012 comenzaba la creación de la Gran Despensa de Samos, ubicada en el lugar de Viladetrés, donde se encontraba la antigua destilería. Apenas tres años después ya salían las primeras botellas de licor Pax, siguiendo la receta tradicional. El motivo de una demora tan elevada en la producción es que una de las características de esta bebida es que precisa de doce meses de maceración para que el aguardiente adquiera todo el sabor y aroma de las muchas hierbas que lo componen.

Los responsables de la empresa disponen de las recetas originales de dos monjes, similares, aunque cambian en algo, la de Benito González que data de 1949 y del padre Jerónimo, cuya fecha se desconoce. Los responsables de la empresa no desvelaron por cual especialidad optaron y solo dijeron que eligieron la que les pareció más idónea.

Las recetas desvelan fielmente tanto la combinación de hierbas como la base alcohólica que se usaba desde hace más de un siglo para elaborar la preciada bebida. Los depositarios de la tradición únicamente comentaron que usan aguardiente tradicional como base para destilar el licor, sin destapar ninguno de los muchos ingredientes que se sabe que contiene y que unidos le dan ese sabor tan peculiar.

Las personas que han tenido el privilegio de haber saboreado algún sorbo del licor que sobrevivió al incendio afirman que el actual no le envidia nada y que su sabor es prácticamente idéntico.
La idea con la que la empresa inició la elaboración de este licor es recuperar una bebida tan auténtica como el Pax que estaba prácticamente perdida y ponerla al alcance del gran público.

El Pax es el buque insignia de una aventura empresarial centraba en defender los valores del rural y que también apostó por elaborar queso bajo la D.O. Cebreiro. Es una de las dos que, además de elaborar este producto en fresco, lo hace curado, en una variedad que mezcla con ceniza y que denomina tizón y está probando a crear una línea de semiduro.

La incorporación a la empresa de dos maestros reposteros como Augusto Loroño y Margarita Rivas, impulsó la creación de una amplia gama de pastelería tradicional en la que se encuentran pastas de nata y almendra, tejas, cañas por encargo, tartas de varios sabores como almendra, chocolate, tofe, frutos secos y cabellos de ángel, santiaguiños -tartas de Santiago de tamaño individual- o la denominada Rosca de Cacho.

Selección dulce

La amplia selección dulce de la Gran Despensa se complementa con turrones artesanales de distintos
sabores, bombones cuya base es un delicado chocolate francés o las llamadas rocas, realizadas a base de chocolate de distintos tipos mezclados con frutos secos.

La manera de trabajar de los responsables de la empresa esta marcada esencialmente por dos premisas; utilizar ingredientes naturales y de primera calidad todos de productores locales y respetar al máximo la tradición, tanto en lo que compete a la elaboración de licores como en el resto de productos. También destacan que ninguna de sus elaboraciones cuenta con conservantes ni colorantes. Con esas premisas están convencidos de que van a encontrar un hueco en el mercado para unos productos que reúnen tradición y máxima calidad.
                                                             X.R. PENOUCOS, La Voz de Galicia, 17/12/2018

1 comentario:

Lito dijo...

He probado el LICOR PAX, el que se salvó del incendio de 1951. Sólo se sirvía el DIA DE SAN MAURO, 15 de enero, onomástica del P. Abad, y en determninadas ocasiones en las que el esfuerzo de la recogida de hierba nos permitía superar la hora de Visperas, mientras degustábamos la cena en la escalera al edificio central de Villadetrés.
He probado el nuevo LICOR PAX, y debo señalar que en nada se parecen, a no ser que la prueba que a mi me han proporcionado no se corresponda con la que se ensalza en este artículo . La untosidad, la complejidad, la redondez de aquel licor Pax que tuvo el gusto de probar en el año 1961 es bien diferente al que ahora se nos ofrece. Y de esto puedo hablar, porque de esto sé.
De todas formas, debo aplaudir esta iniciativa de recuperar lo nuestro, aunque lo nuestro, como en este caso, provenga de aquella vieja fórmula que trajeron los monjes normandos desde FECAMP, abadía que también he tenido oportunidad de conocer en mi ultimo-reciente viaje a Normandia y La Bretaña francesa.
Un abrazo