
El espacio se podrá visitar de 10.00 a 13.00 horas y de 16.30 a 19.00, aunque en el caso de que haya personas interesadas el museo también se abrirá la próxima semana, explicó el alcalde samonense, Julio Gallego. Según señaló, está previsto que el museo abra definitivamente sus puertas antes de verano, una vez se constituya una fundación formada por el Concello y el monasterio que se encargue de su funcionamiento.
El Ayuntamiento está a la espera de que la Xunta de Galicia apruebe su constitución, pues técnicos de la Administración autonómica ya visitaron las instalaciones «e dixeron que cumpre cos requisitos», apuntó el regidor.
El museo recibe el nombre de ‘Samanos’, denominación que antiguamente se le daba a la localidad. El espacio fue creado para exhibir gran parte del patrimonio del monasterio, formado por libros corales, relicarios, cálices, casullas, mitras, bargueños, cuadros o pergaminos.
Las instalaciones están ubicadas en la planta baja del claustro mayor utilizadas en su día como talleres de carpintería, forja y cerámica. Dispone de cinco salas de exposición y tiene acceso desde el exterior del monasterio.
Restos
Con motivo del undécimo centenario de la fundación de Cluny el museo acoge una muestra sobre esta orden, organizada por la comunidad benedictina de Samos. Los monjes cluniacenses poblaron el Camino y extendieron el prototipo de la abadía de Cluny y el estilo románico. Por ello, en el museo también se pueden ver restos de la antigua iglesia samonense, como un capitel, de estilo románico. Además, incluye un sarcófago del templo.
Las obras permitieron hallar restos murales, el viejo horno de pan y un empedrado, que estaban sepultados. El horno, que data del siglo XVIII, se tapó tras el incendio que afectó al monasterio en 1951 -originado en una habitación próxima-, pues los monjes decidieron subir el nivel del suelo y dejarlo a la altura de los escombros. A raíz de las obras también quedaron al descubierto las antiguas puertas y el suelo de barro cocido.
Por su parte, en la vieja portería se encontraron restos de pintura mural del siglo XVII, que fueron restaurados, aunque sólo se conservan pequeños fragmentos. También fue recuperado el camino de entrada original a esta zona del monasterio y el empedrado del vestíbulo.
ADECUACIÓN
Los trabajos se prolongaron durante más de dos años
Las obras de adecuación de las estancias para albergar el museo comenzaron en diciembre de 2008 con un ‘obradoiro’ de empleo promovido por el Ayuntamiento.
En el taller trabajaron 25 personas durante un año. Sin embargo, no fue posible finalizar los trabajos de acondicionamiento de las salas, pues las obras se vieron retrasadas ante el descubrimiento de restos arqueológicos.
Convenio
El Concello y la comunidad benedictina firmaron entonces un convenio. A través de este acuerdo el Ayuntamiento colaboró con personal municipal, que trabajó en las salas, mientras que la comunidad benedictina aportó el material necesario para los trabajos.
El Progreso, 19/05/2011
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