18.1.11

POESÍA DEDICADA POR EL P. MAXIMINO ARIAS A SU HERMANO DAVID EN EL DÍA DE SU PROFESIÓN SACERDOTAL

De mi pecho brotó sangrienta rosa,
amorosas sus hojas palpitaron,
cuando suaves sus auras la rozaron
con alas de nevada mariposa.
Y despidió perfumes; y olorosa
fragancia en el ambiente derramaron
sus pétalos de oro, que vibraron
con leve sacudida temblorosa.
Esa flor es la prenda delicada
que te ofrece mi alma enamorada;
en su cáliz palpitan los amores
más tiernos de tu hermano, que hoy te envía,
henchido de alborozo y alegría,
su alma entre el aroma de mil flores.
Real Abadía de Samos, a 29 de noviembre de 1927
Un jovencísimo novicio, Maximino Arias Cuenllas, dedicaba a sus 17 años, desde el Noviciado del monasterio de Samos, estos versos emocionados a su hermano David, que se ordenaba monje agustino, que ejerció como tal 22 años de misionero en Brasil, hasta 1950, y 4 en Monachil (Granada). Luego ejercería como párroco en parroquias de Avilés.
Conocimos este poema por manos de su sobrino David Sevilla Arias, quien nos lo entregó en mano el día del homenaje al P. Maximino. La imagen es gentileza de su otro sobrino Antonio Benito Fuertes Arias. En ella aparecen, a la izquierda el sacerdote David Arias, a la derecha, con hábito, el P. Maximino Arias. Están también tres hermanos de ambos sacerdotes, y en el medio, el P. Plácido Arias, tío de ellos; detrás de éste, un primo. La imagen fue tomada en una visita que David y sus hermanos cursaron al Monasterio de Samos en los años 50.

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